Gran proyecto medioambiental en Canela Alta, Coquimbo
La escuela que fue premiada por crear un parque ecológico
"El proyecto ha logrado perdurar en el tiempo, porque permeó a toda la comunidad y está inserto en la escuela, vinculándose directa o indirectamente con todos los sectores de aprendizaje", señala el director. Logramos fomentar en los niños el cuidado, con cariño, de su entorno. Son ellos quienes suelen tomarse con mayor seriedad el desarrollo sustentable e incentivan a sus familias a seguirlos", dice Aliro Coroseo.
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Sus 298 alumnos trabajan en la mantención de un bosque con 250 árboles nativo, el cual crece gracias a la reutilización de las aguas.
El 2012 tiene apellido y se llama "sustentabilidad". Sí, porque como ya es una tradición, la Organización de las Naciones Unidas decretó para este año múltiples actividades en torno a un tema concreto, y que esta vez estará orientado a que la población mundial tome conciencia sobre la importancia del acceso sustentable a las energías renovables, en el ámbito local, regional y global. Pero en un lugar de Coquimbo, más exactamente en la Escuela Canela Alta, hace más de 10 años que la sustentabilidad está en el foco de la agenda. Su director, Aliro Coroseo, es testigo de cómo hace una década el establecimiento comenzó a gestar un gran proyecto mediambiental: "Se quería recobrar un parque, ubicado cerro arriba, para dotar de áreas verdes a una zona de por sí muy árida", cuenta. Así, con palas y picotas, profesores, estudiantes, ex alumnos y familias empezaron a sembrar y a dar vida a lo que más tarde sería el "Parque Ecológico" de Canela Alta. "Eran tiempos en que cada viernes les pedíamos a los alumnos llenar una botella con agua y encargarse de regar un arbolito", recuerda Coroseo. Pero la ayuda y los avances llegaron de mano de sus propios méritos: "Decidimos reutilizar las aguas grises, que son aquellas que se obtienen de procesos domésticos como el lavado de la ropa, la loza y el baño de las personas. Buscamos reutilizar el agua de los lavamanos y duchas del establecimiento, para asegurar el riego del parque". La iniciativa llamó tanto la atención que el gobierno provincial comenzó a ayudarlos. El empuje inicial de la provincia, conjuntamente con la Conaf, fue de 250 árboles nativos, entre guayacanes, quillayes, molles y matorrales maravillas, típicos de la zona. Después se sumaron las instalaciones para el riego por goteo. Iniciativa comunitarioAliro Coroseo mira hacia atrás y repasa todo lo avanzado. "El proyecto ha logrado perdurar en el tiempo, porque permeó a toda la comunidad y está inserto en la escuela, vinculándose directa o indirectamente con todos los sectores de aprendizaje. Por ejemplo, los profesores de ciencias enseñan conceptos en terreno; y un profesor de historia conecta pasajes de la historia cotidiana con elementos como el quillay, árbol utilizado antiguamente para hacer shampú y lavalozas, o aprovecha la confusión que existía en Europa al llamar Canela de las Indias a nuestro canelo para enseñar aspectos del Renacimiento", indica. Pero lo que más destaca de la experiencia es la transmisión de valores: "Logramos fomentar en los niños el cuidado, con cariño, de su entorno. Son ellos quienes suelen tomarse con mayor seriedad el desarrollo sustentable e incentivan a sus familias a seguirlos", dice.
Este artículo es parte de la serie que el Área de Educación de Fundación Chile publica semanalmente en el diario Las Últimas Noticias. |
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